:Lucia ,Jesus MasanaAngelina: agutierrezmasero@ yahoo.es;Vincent Correcher ;vagarne

26 de noviembre de 2023

LUNES ,27 de NOVIEMBRE : FESTIVIDAD DE LA VIRGEN (de la MEDALLA MILAGROSA)

HISTORIA DE JAS HERMANAS DE LA CARIDAD : Nació San Vicente en el pueblecito de Pouy en Francia, en 1580. Su niñez la pasó en el campo, ayudando a sus padres en el pastoreo de las ovejas. Sin embargo fue enviado a estudiar con los padres franciscanos y luego en la Universidad de Toulouse, y a los 20 años, en 1600 fue ordenado de sacerdote. Dice el santo que al principio de su sacerdocio lo único que le interesaba era hacer una carrera brillante, pero Dios lo purificó con tres sufrimientos muy fuertes. El Cautiverio. Viajando por el mar, cayó en manos de unos piratas turcos los cuales lo llevaron como esclavo a Túnez donde estuvo los años 1605, 1606 y 1607 en continuos sufrimientos. Logró huir del cautiverio y llegar a Francia, y allí se hospedó en casa de un amigo, pero a este se le perdieron 400 monedas de plata y le echó la culpa a Vicente y por meses estuvo acusándolo de ladrón ante todos los que encontraba. El santo se callaba y solamente respondía: “Dios sabe que yo no fui el que robó ese dinero”. A los seis meses apareció el verdadero ladrón y se supo toda la verdad. San Vicente al narrar más tarde este caso a sus discípulos les decía: “Es muy provechoso tener paciencia y saber callar y dejar a Dios que tome nuestra defensa”. La tercera prueba fue una terrible tentación contra la fe, que aceptó para lograr que Dios librara de esa tentación a un amigo suyo. Esto lo hizo sufrir hasta lo indecible y fue para su alma “la noche oscura”. A los 30 años escribe a su madre contándole que amargado por los desengaños humanos piensa pasar el resto de su vida retirado en una humilde ermita. Cae a los pies de un crucifijo, consagra su vida totalmente a la caridad para con los necesitados, y es entonces cuando empieza su verdadera historia gloriosa. Hace voto de dedicar toda su vida a socorrer a los necesitados, y en adelante ya no pensará sino en los pobres. “Me di cuenta de que yo tenía un temperamento bilioso y amargo y me convencí de que con un modo de ser áspero y duro se hace más mal que bien en el trabajo de las almas. Y entonces me propuse pedir a Dios que me cambiara mi modo agrio de comportarme, en un modo amable y bondadoso y me propuse trabajar día tras día por transformar mi carácter áspero en un modo de ser agradable”. Nombrado capellán de los marineros y los prisioneros de los barcos, abogó por una mejora de las condiciones devida de los galeotes consiguiendo que fueran tratados con mayor bondad y menos crueldad. Posteriormente fue nombrado capellán de las haciendas del Ministro Gondi. Y allí nuestro santo descubrió con horror que los campesinos ignoraban totalmente la religión. Y que no tenían quién les instruyera. Se consiguió un grupo de sacerdotes amigos, y empezó a predicar misiones por esos pueblos y veredas y el éxito fue clamoroso. Las gentes acudían por centenares y miles a escuchar los sermones y se confesaban y enmendaban su vida. De ahí le vino la idea de fundar su Comunidad de Padres Vicentinos, que se dedican a instruir y ayudar a las gentes más necesitadas. El santo fundaba en todas partes a donde llegaba, unos grupos de caridad para ayudar e instruir a las gentes más pobres. Pero se dio cuenta de que para dirigir estas obras necesitaba unas religiosas que le ayudaran. Y habiendo encontrado una mujer especialmente bien dotada de cualidades para estas obras de caridad, Santa Luisa de Marillac, con ella fundó a las hermanas Vicentinas, que han dedicado por completo a socorrer e instruir a las gentes más pobres y abandonadas, según el espíritu de su fundador. San Vicente había hecho juramento de dedicar toda su vida a los más miserables y lo fue cumpliendo día por día con generosidad heroica. Fundó varios hospitales y asilos para huérfanos. Recogía grandes cantidades de dinero y lo llevaba a los que habían quedado en la miseria a causa de la guerra. Se dio cuenta de que la causa principal del decaimiento de la religión en Francia era que los sacerdotes no estaban bien formados. Por eso empezó a reunir a quienes se preparaban al sacerdocio, para hacerles cursos especiales, y a los que ya eran sacerdotes, los reunía cada martes para darles conferencias acerca de los deberes del sacerdocio. Luego con los religiosos fundados por él, fue organizando seminarios para preparar cuidadosamente a los seminaristas de manera que llegaran a ser sacerdotes santos y fervorosos. Aún ahora los Padres Vicentinos se dedican en muchos países del mundo a preparar en los seminarios a los que se preparan para el sacerdocio. El 27 de septiembre de 1660 pasó a la eternidad a recibir el premio prometido por Dios a quienes se dedican a amar y hacer el bien a los demás. Tenía 80 años. El Santo Padre León XIII proclamó a este sencillo campesino como Patrono de todas las asociaciones católicas de caridad. Santa Luisa de Marillac Nació en Francia el 12 de Agosto de 1591. Huérfana a los 14 años, sintió un fuerte deseo de hacerse religiosa, pero por su delicada salud, y su débil constitución no fue admitida. Se casó entonces con Antonio Le Grass, secretario de la reina de Francia, María de Médicis. Dios le concedió un hijo, al cuál amó de tal manera que San Vicente le escribió diciéndole: “Jamás he visto una madre tan madre como usted”. A los 34 años queda viuda y entonces decide hacerse religiosa. “Ya he servido bastante tiempo al mundo, ahora me dedicaré totalmente a servir a Dios”. Esta santa mujer tuvo la dicha inmensa de tener como directores espirituales a dos santos muy famosos y extraordinariamente guías de almas: San Francisco de Sales y San Vicente de Paúl. San Vicente de Paúl había fundado grupos de mujeres que se dedicaban a ayudar a los pobres, atender a los enfermos e instruir a los ignorantes. Estos grupos de caridad existían en los numerosos sitios en donde San Vicente había predicado misiones, pero sucedía que cuando el santo se alejaba los grupos disminuían su fervor y su entusiasmo. Se necesitaba alguien que los coordinara y los animara. Y esa persona providencial iba a ser Santa Luisa de Marillac. Cuando Luisa se ofreció para coordinar y dirigir los grupos de caridad, el santo se entusiasmó y le escribió diciendo: “Vaya en nombre del Señor. Que Dios la acompañe. Que El sea su fuerza en el trabajo y su consuelo en las dificultades”. Dicen sus biógrafos que Luisa recorría el país visitando las asociaciones de caridad y que levaba siempre gran cantidad de ropas y medicinas para regalar y que casi todo lo compraba con dinero que conseguía ella misma por sus propios esfuerzos. Apenas llegaba al lugar, reunía a las mujeres de la asociación de la caridad, les recordaba los deberes y virtudes que debían cumplir quienes formaban parte de aquella asociación, las entusiasmaba con sus recomendaciones y se esforzaba por conseguir nuevas socias. Ella misma visitaba a los enfermos e instruía a los ignorantes y repartía ayuda a los pobres, y esto lo hacía con tal entusiasmo y tan grande bondad, que cuando marchaba de ahí, quedaba todo renovado y rejuvenecido. En 1633, el 25 de marzo, las primeras cuatro jóvenes hacen votos de pobreza, castidad y obediencia, bajo la dirección de Luisa, Así nació la más grande comunidad femenina que existe, las Hermanas Vicentinas, Hijas de la Caridad. En aquellos años de 1633, Francia estaba pasando por una situación dificilísima de guerras, miseria, ignorancia y abandono. Fue entonces cuando guiadas por el incansable San Vicente de Paúl, las Hijas de la Caridad se dedicaron a colaborar en todos los frentes posibles, para socorrer a los más necesitados. SANTA LUISA ,consiguió una casa grande y allí reunía a los necesitados y los ponía a trabajar. Las mujeres a hilar y a coser y los hombres a hacer diversas obras manuales. Así los fue transformando en personas útiles a la sociedad. La alegría y el trabajo reinaban en aquel inmenso asilo ocupado por la mayoría de los mendigos de París. Y las Vicentinas los atendían con exquisita caridad. Consiguió otra casa y allí recogía a los locos o enfermos mentales, donde lograba en muchísimos casos su recuperación. En 1655, el Arzobispado de París le concede la aprobación a la Nueva Comunidad. Y San Vicente reúne a sus religiosas y les dice: “De hoy en adelante llevarán siempre el nombre de" Hijas de la Caridad ". Conserven este título que es el más hermoso que puedan tener”. Las religiosas formadas por Luisa fueron personas dedicadas con cuerpo y alma y por toda la vida a las obras de la caridad y de apostolado. Y sus escritos causan asombro al considerar de dónde sacó tiempo para escribir centenares de cartas con consejos muy prácticos y provechosos, y para resumir las numerosas conferencias que dictaba San Vicente, copiarlas y hacerlas circular, y para hacer extractos de las meditaciones y de los Retiros Espirituales que predicaba el Santo, y formar así tres volúmenes de 1,500 páginas. Y todo esto en medio de una actividad asombrosa en favor de los enfermos, mendigos e ignorantes. El 15 de Marzo de 1660, después de sufrir una dolorosa enfermedad y la gangrena de un brazo murió santamente, dejando fundada y muy extendida la más grande comunidad de religiosas. Las 33.000 religiosas vicentinas o hijas de la Caridad tienen más de 3,300 casas en el mundo dedicadas exclusivamente a obras de caridad. El Papa Pío XI declaró santa a Luisa de Marillac en 1934, y el Sumo Pontífice Juan XXIII la declaró Patrona de los Asistentes Sociales. Centros Educativos Vicencianos como ejemplo ,tenemos "EL COLEGIO DE LA MEDALLA MILAGROSA ,DE ZAMORA (ESPAÑA) que se ocupa de la enseñanza a la infancia y juventud zamorana

6 de noviembre de 2023

SAN MARTIN DE PORRES ( FRAY ESCOBA)

El racismo, esa distinción que hacemos los hombres distinguiendo a nuestros semejantes por el color de la piel es algo tan sin sentido como distinguirlos por la estatura o por el volumen de la masa muscular. Y lo peor no es la distinción que está ahí, sino que ésta lleve consigo una minusvaloración de las personas -necesariamente distintas- para el desempeño de oficios, trabajos, remuneraciones y estima en la sociedad. Un mulato hizo mayor bien a la sociedad limeña de la primera mitad del siglo XVII. Fue hijo bastardo del ilustre hidalgo -hábito de Alcántara- don Juan de Porres, que estuvo breve tiempo en la ciudad de Lima. Tuvo don Juan dos hijos, Martín y Juana, con la mulata Ana Vázquez. Martín nació con cuerpo de atleta el 9 de diciembre de 1579 y lo bautizaron, en la parroquia de San Sebastián, en la misma pila que Rosa de Lima. La madre lo educó como pudo, más bien con estrecheces, porque los importantes trabajos de su padre le impedían atenderlo como debía. De hecho, reconoció a sus hijos sólo tardíamente; los llevó a Guayaquil, dejando a su madre acomodada en Lima, con buena familia, y les puso maestro particular. Martín regresó a Lima, cuando a su padre lo nombraron gobernador de Panamá. Comenzó a familiarizarse con el bien retribuido oficio de barbero, que en aquella época era bastante más que sacar dientes, extraer muelas o hacer sangrías; también comprendía el oficio disponer de yerbas para hacer emplastos y poder curar dolores y neuralgias; además, era preciso un determinado uso del bisturí para abrir hinchazones y tumores. Martín supo hacerse un experto por pasar como ayudante de un excelente médico español. De ello comenzó a vivir, y su trabajo le permitió ayudar de modo eficaz a los pobres que no podían pagarle. Por su barbería pasarán igual labriegos que soldados, irán a buscar alivio tanto caballeros como corregidores. Pero lo que hace ejemplar a su vida no es sólo la repercusión social de un trabajo humanitario bien hecho. Más es el ejercicio heroico y continuado de la caridad que dimana del amor a Jesucristo, a Santa María. Como su persona y nombre imponía respeto, tuvo que intervenir en arreglos de matrimonios irregulares, en dirimir contiendas, fallar en pleitos y reconciliar familias. Con clarísimo criterio aconsejó en más de una ocasión al Virrey y al arzobispo en cuestiones delicadas. Alguna vez, quienes espiaban sus costumbres por considerarlas extrañas, lo pudieron ver en éxtasis, elevado sobre el suelo, durante sus largas oraciones nocturnas ante el santo Cristo, despreciando la natural necesidad del sueño. Llamaba profundamente la atención su devoción permanente por la Eucaristía, donde está el verdadero Cristo, sin perdonarse la asistencia diaria a la Misa al rayar el alba. Por el ejercicio de su trabajo y por su sensibilidad hacia la religión tuvo contacto con los monjes del convento dominico del Rosario donde pidió la admisión como donado, ocupando la ínfima escala entre los frailes. Allí vivían en extrema pobreza hasta el punto de tener que vender cuadros de algún valor artístico para sobrevivir. Pero a él no le asusta la pobreza, la ama. A pesar de tener en su celda un armario bien dotado de yerbas, vendas y el instrumental de su trabajo, sólo dispone de tablas y jergón como cama. Llenó de pobres el convento, la casa de su hermana y el hospital. Todos le buscan porque les cura aplicando los remedios conocidos por su trabajo profesional; en otras ocasiones, se corren las voces de que la oración logró lo improbable y hay enfermos que consiguieron recuperar la salud sólo con el toque de su mano y de un modo instantáneo. Revolvió la tranquila y ordenada vida de los buenos frailes, porque en alguna ocasión resolvió la necesidad de un pobre enfermo entrándolo en su misma celda y, al corregirlo alguno de los conventuales por motivos de clausura, se le ocurrió exponer en voz alta su pensamiento anteponiendo a la disciplina los motivos dimanantes de la caridad, porque "la caridad tiene siempre las puertas abiertas, y los enfermos no tienen clausura". Pero entendió que no era prudente dejar las cosas a la improvisación de momento. La vista de golfos y desatendidos le come el alma por ver la figura del Maestro en cada uno de ellos. ¡Hay que hacer algo! Con la ayuda del arzobispo y del Virrey funda un Asilo donde poder atenderles, curarles y enseñarles la doctrina cristiana, como hizo con los indios dedicados a cultivar la tierra en Limatombo. También los dineros de don Mateo Pastor y Francisca Vélez sirvieron para abrir las Escuelas de Huérfanos de Santa Cruz, donde los niños recibían atención y conocían a Jesucristo. No se sabe cómo, pero varias veces estuvo curando en distintos sitios y a diversos enfermos al mismo tiempo, con una bilocación sobrenatural. El contemplativo Porres recibía disciplinas hasta derramar sangre haciéndose azotar por el indio inca por sus muchos pecados. Como otro pobre de Asís, se mostró también amigo de perros cojos abandonados que curaba, de mulos dispuestos para el matadero y hasta lo vieron reñir a los ratones que se comían los lienzos de la sacristía. Se ve que no puso límite en la creación al ejercicio de la caridad y la transportó al orden cósmico. Murió el día previsto para su muerte que había conocido con anticipación. Fue el 3 de noviembre de 1639 y causada por una simple fiebre; pidiendo perdón a los religiosos reunidos por sus malos ejemplos, se marchó. El Virrey, Conde de Chinchón, Feliciano de la Vega -arzobispo- y más personajes limeños se mezclaron con los incontables mulatos y con los indios pobres que recortaban tantos trozos de su hábito que hubo de cambiarse varias veces. Lo canonizó en papa Juan XXIII en 1962. Desde luego, está claro que la santidad no entiende de colores de piel; sólo hace falta querer sin límite. ¿Qué nos enseña su vida? La vida de San Martín nos enseña: A servir a los demás, a los necesitados. San Martín no se cansó de atender a los pobres y enfermos y lo hacía prontamente. Demos un buen servicio a los que nos rodean, en el momento que lo necesitan. Hagamos ese servicio por amor a Dios y viendo a Dios en las demás personas. A ser humildes. San Martín fue una persona que vivió esta virtud. Siempre se preocupó por los demás antes que por él mismo. Veía las necesidades de los demás y no las propias. Se ponía en el último lugar. A llevar una vida de oración profunda. La oración debe ser el cimiento de nuestra vida. Para poder servir a los demás y ser humildes, necesitamos de la oración. Debemos tener una relación intima con Dios A ser sencillos. San Martín vivió la virtud de la sencillez. Vivió la vida de cara a Dios, sin complicaciones. Vivamos la vida con espíritu sencillo. A tratar con amabilidad a los que nos rodean. Los detalles y el trato amable y cariñoso es muy importante en nuestra vida. Los demás se lo merecen por ser hijos amados por Dios. A alcanzar la santidad en nuestra vidas. Por alcanzar esta santidad, luchemos... A llevar una vida de penitencia por amor a Dios. Ofrezcamos sacrificios a Dios. San Martín de Porres se distinguió por su humildad y espíritu de servicio, valores que en nuestra sociedad actual no se les considera importantes. Se les da mayor importancia a valores de tipo material que no alcanzan en el hombre la felicidad y paz de espíritu. La humildad y el espíritu de servicio producen en el hombre paz y felicidad.

4 de noviembre de 2023

ME SORPRENDIÓ.......!!

Un día me sorprendió una frase: "Ya no tienes edad..." Y no entendí. Y le pregunté a quien me interrogó. Perdón , ¿no sé a qué te refieres? Y con una firmeza total, me respondió. ¿Es que no comprendes? Ya no tienes edad...para bailar, para vestirte así ( muy joven), para escuchar música, todo el día, para estar conectada a las redes sociales , para esa forma de caminar, tan elegante y muchas cosas más... Y ahí, mi cuerpo y mi alma , me dieron fuerzas , tomé coraje y respondí: ¿Sabes? que yo sepa , no existe ninguna enciclopedia, que me indique y manifieste, cómo debo comportarme y a qué edad. Sí, es verdad, tengo unas cuantas décadas, hermosamente ganadas a la vida... pero soy educada, respetuosa, libre y feliz. Me visto y conduzco mis tiempos, con alegría, soltura, elegancia y naturalidad. Y sí , tengo edad , la hermosa edad para disfrutar la madurez, como quiera y donde quiera, porque me la gané...así que , vive tu vida y olvida mi edad. Sé feliz.

2 de noviembre de 2023

LA VITAMINA K

En 1929, un científico danés llamado Henrik Dam investigó el rol del colesterol alimentando a pollos con una dieta deficiente de colesterol. Después de varias semanas, los animales desarrollaron hemorragias e iniciaron sangrado. Estos defectos no pudieron ser resueltos adicionando colesterol purificado a la dieta. Al parecer, junto con el colesterol, un segundo componente había sido extraído del alimento y este componente fue llamado «vitamina de la coagulación». La nueva vitamina recibió el nombre de Vitamina K, debido a que el descubrimiento inicial fue publicado en una revista alemana, en la cual fue designada como vitamina de la coagulación (koagulation, en alemán). Edward Adelbert Doisy (de la Universidad de San Luis), contribuyó notablemente al descubrimiento de la estructura química y natural de la Vitamina K. Dam y Doisy compartieron el premio Nobel de Medicina en 1943, por sus trabajos sobre la Vitamina K. Diversos laboratorios sintetizaron el componente en 1939. Las diferentes funciones asociadas a la vitamina K, en realidad se basan en la actividad como cofactor en la síntesis de las llamadas proteínas Gla, aquellas que contienen residuos de ácido gammacarboxiglutámico (Gla), un aminoácido común en todas las proteínas dependientes de la vitamina K. Hasta el momento, catorce proteínas humanas dependiente de la vitamina K que contienen dominio Gla han sido descubiertas y juegan un papel clave en la regulación de tres procesos fisiológico: Coagulación de la sangre: (protrombina (factor II), Factores VII, IX, X, proteína C, proteína S y proteína Z). Metabolismo óseo: osteocalcina, también llamada proteína-Gla ósea (BGP siglas en inglés), y proteína gla de la matriz(MGP). Biología vascular. Fuentes de vitamina K La vitamina K es de las más desconocidas, pero resulta esencial para la coagulación de la sangre y la salud de los huesos. La deficiencia grave de este nutriente puede provocar hematomas y problemas de sangrado debido a una coagulación de sangre más lenta, así como la reducción de la fuerza de los huesos y el aumento de riesgo de osteoporosis. Estos son los alimentos en los que la vitamina K está naturalmente presente, desde verduras de hoja verde a algunas frutas, aceites vegetales, carne, soja o queso.la calabaza,los piñones el aguacate ,los encurtidos (pepinillos),la soja ,esparragos uvas verdes, kiwi, higo, arándano azul, tomates desecados, moras y ciruelas pasas. Hierbas: Perejil, cilantro y salvia seca. Té: Verde y de hierbas. Aceites vegetales: De soja y de oliva.El aceite de oliva tiene más cantidad de vitamina k ,que el de soja La deficiencia de vitamina K puede provocar: Hematomas (moretones) y problemas de sangrado debido a que la coagulación de la sangre es más lenta. Reducción de la fuerza de los huesos y aumento del riesgo de osteoporosis ya que el cuerpo necesita la vitamina K para la salud ósea. Calcificación de los cartílagos y severa malformación en el desarrollo óseo y depósito de calcio en los vasos sanguíneos2. La vitamina K es una sustancia que nuestro cuerpo necesita para formar coágulos y para detener los sangrados Las hemorragias como el sangrado nasal, en la orina o en heces pueden estar relacionadas a la falta de vitamina K, según los expertos. .