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16 de abril de 2023

SI SUPIERA..........! (de Gabriel García Márquez)

ROMA (BASÍLICA DE S. PEDRO )

El Baldaquino de San Pedro (1624 - 1633) también llamado de oro o de la confesión, cubre el Sacro Altar Pontificio, en la nave central de la Basílica de San Pedro. Se encuentra debajo de la Cúpula de Miguel Ángel. Diseñado y construido por Gianlorenzo Bernini, cubre la tumba del Apóstol San Pedro, recordando las palabras de Jesucristo: "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia". La necrópolis petrina se encuentra debajo del complejo basilical, y, cuando el emperador romano Constantino mandó construir la primera basílica, ordenó que el altar estuviese sobre la tumba del Santo Apóstol. El diseño del baldaquino pensado por Gianlorenzo Bernini está construido en bronce y simula la forma de un palio, en vez de un templete. Lo forman cuatro columnas salomónicas de 14 metros de altura que sostienen sendas porciones de entablamento, que llegan a los 29 metros, unidas por una cornisa cóncava con colgaduras que imitan los palios textiles. De los vértices arrancan cuatro volutas convergentes, altas y finas, coronadas por un pequeño entablamento mixtilíneo. Bernini, aunque siempre se muestra clasicista, utiliza elementos barrocos adaptados a su nuevo estilo. Utiliza como elemento de soporte principal la columna salomónica profusamente decorada. Frente a la sobriedad renacentista, las líneas adquieren un carácter dinámico y efectos de sorpresa. El uso de orden gigante para las columnas es otro factor propio del barroco, aunque iniciado ya por el manierismo arquitectónico en épocas anteriores. Los elementos decorativos desbordan lo constructivo y son abundantes: se utilizan frontones mixtilíneos y se parten dotando de desequilibrio a la composición. Todo esto para conseguir un aspecto caprichoso e irracional. La función de esta arquitectura reside en promover al fervor de los fieles y crear asombro, la maravilla y el encantamiento.Todo ello para crear un ambiente en el que el fiel se vea impresionado por lo magnífico de la obra. Los nueve años que duró la construcción participaron en ella siete escultores: Andrea Bolgi, François Duquesnoy, Giuliano Finelli, Giambattista Soria, Simone Laghi, Borromini y Matteo Buonarelli. El Papa Urbano VIII mandó fundir el bronce del techo del Panteón para que fuera empleado en el baldaquino. De ahí que, según se cuenta, algún anónimo colgó en el Pasquino la sentencia: Quod non fecerunt barbari, fecerBarberini ("lo que no hicieron los bárbaros, lo hicieron los Barberini), en alusión a la familia del Papa. La Basílica de San Pedro alcanzó su aspecto actual gracias a la intervención de Carlo Maderno, que retomó la estructura basilical de cruz latina, y definió el aspecto escenográfico de la fachada. Los trabajos de la basílica terminaron en 1626 y consagrada solemnemente bajo el pontificado de Urbano VIII. Entre 1656 y 1667, por voluntad de Alejandro VII, Bernini proyectó y realizó el monumental pórtico de columnas de la Plaza de San Pedro, colocando en su centro el obelisco del siglo I a.C., situado originariamente, en el centro del circo de Calígula, lugar del martirio de san Pedro. En 1585, el obelisco fue trasladado por Domenico Fontana y colocado en el lugar actual, siguiendo órdenes del papa Sixto V. La Basílica de San Pedro posee una capacidad de 20.000 fieles. Mide unos 190 metros de largo, el ancho de las tres naves es de 58 metros, la nave central tiene 45,50 metros de altura, hasta la cima de la bóveda, la cúpula alcanza unos 136 metros de altura hasta la cruz; el interior, caracterizado por grandiosas decoraciones en mosaico, constituye el precioso joyero que custodia algunas de las más célebres obras de arte del mundo, como el Baldaquino de Bernini y la estatua de la Piedad de Miguel Ángel.