Piedra y cielo, de Juan Ramón Jiménez
A los pocos meses de haber publicado “Eternidades”, el escritor español Juan Ramón Jiménez ( nació en Huelva el 23 de diciembre de 1881 y murió en San Juan de Puerto Rico el 29 de mayo de 1958) amplió su producción literaria con un nueva obra que enriqueció al mundo de las letras en 1919, fue bautizada como:PIEDRA Y CIELO
“Piedra y cielo”, título que hace referencia a dos elementos de gran peso al hablar del universo, es un libro que parece tener a la creación poética como eje central.
SINOPSIS:
Aunando dos de los grandes elementos
del universo: la piedra (materia) y el cielo (espíritu), el poeta recrea la
libertad, la esencia del trabajo poético como actividad cotidiana, mediante
términos antitéticos y recursos anafóricos que resumen los dos grandes pilares
de la existencia humana.
“Piedra y cielo”, una de las tantas joyas del mundo de las letras que, en 1956, fue distinguido con el Premio Nobel de Literatura por su excelente desempeño como escritor.
Tranquilas, serias o alegres,
sin que nadie las estorbe,
juegan su luz y su sombra
la nube con la montaña.
(La gran plenitud aparte
que el alma perdida anhela:
vida, realización,
nada mejor que la altere.)
¡Qué loco estar en su sitio,
qué hondo sentir lo que son,
qué alto no necesitar
nada igual, nada distinto!
Juegan su frío y su sol
la nube con la montaña,
indiferentes al eco
y al águila. Y al poeta.
SINOPSIS:
Aunando dos de los grandes elementos
del universo: la piedra (materia) y el cielo (espíritu), el poeta recrea la
libertad, la esencia del trabajo poético como actividad cotidiana, mediante
términos antitéticos y recursos anafóricos que resumen los dos grandes pilares
de la existencia humana.
“Piedra y cielo”, una de las tantas joyas del mundo de las letras que, en 1956, fue distinguido con el Premio Nobel de Literatura por su excelente desempeño como escritor.
Tranquilas, serias o alegres,
sin que nadie las estorbe,
juegan su luz y su sombra
la nube con la montaña.
(La gran plenitud aparte
que el alma perdida anhela:
vida, realización,
nada mejor que la altere.)
¡Qué loco estar en su sitio,
qué hondo sentir lo que son,
qué alto no necesitar
nada igual, nada distinto!
Juegan su frío y su sol
la nube con la montaña,
indiferentes al eco
y al águila. Y al poeta.
