Tu lenguaje, Señor, es muy sencillo,
Yo comprendo la voz de tus olas y el silencio de tus árboles. Comprendo la escritura
de tus estrellas con que nos explicas el cielo.
Comprendo la líquida redacción de tus ríos y el idioma soñador del humo en donde se
evaporan los sueños de los hombres.
Yo entiendo, Señor, tu mundo, que la luz nos describe cada día con su tenue voz.
Y beso en la luz la orilla de tu manto.
El viento pasa enumerando tus flores y tus piedras. Y yo, de rodillas, te toco en la
piedra y en la flor. A veces pego mi oído al corazón de la noche para oír el eco de tu corazón.
Tu lenguaje es muy sencillo,
Pero yo te comprendo, Señor.
Yo comprendo la voz de tus olas y el silencio de tus árboles. Comprendo la escritura
de tus estrellas con que nos explicas el cielo.
Comprendo la líquida redacción de tus ríos y el idioma soñador del humo en donde se
evaporan los sueños de los hombres.
Yo entiendo, Señor, tu mundo, que la luz nos describe cada día con su tenue voz.
Y beso en la luz la orilla de tu manto.
El viento pasa enumerando tus flores y tus piedras. Y yo, de rodillas, te toco en la
piedra y en la flor. A veces pego mi oído al corazón de la noche para oír el eco de tu corazón.
Tu lenguaje es muy sencillo,
Pero yo te comprendo, Señor.
* * * * *
Que yo nunca rece para ser preservado de los peligros: sino para alzarme
ante ellos y mirarlos cara a cara.
Que no pida la extinción de mi dolor: sino el coraje que me falta para sobreponerme a él.
Que no confíe en aliados en la guerra de la vida sobre el campo de batalla del alma: que sólo espere de mí.
Que no implore, espantado, mi salvación: que tenga la fe necesaria para conquistarla.
Dame no ser ingrato: pues a tu misericordia debo mis triunfos.Y si sucumbo, acude a mí con tu brazo fuerte.
¡Y..... dame la paz, y dame...... la guerra!
Que no pida la extinción de mi dolor: sino el coraje que me falta para sobreponerme a él.
Que no confíe en aliados en la guerra de la vida sobre el campo de batalla del alma: que sólo espere de mí.
Que no implore, espantado, mi salvación: que tenga la fe necesaria para conquistarla.
Dame no ser ingrato: pues a tu misericordia debo mis triunfos.Y si sucumbo, acude a mí con tu brazo fuerte.
¡Y..... dame la paz, y dame...... la guerra!