VENTE
que perfumes tu rostro de rastros de sal.
vente tal y como estés.
Echa en el bolso, si acaso, un par de mareas,
tal vez una prisa que enlace los brazos.
Olvida ceñir tu cintura de miedos y
desnuda por siempre tu pulso de relojes.....
Tal y como estés.
Y que tu aliento se vista de aliento en mi boca,
y que tu piel se desnude de vida en mi piel.
Trae contigo la urgencia del cuerpo:
lo que nos queda de noche,......
ya sabrá que hacer.
Vente
Poema: David Yeste en "La maniobra de Heimlich" (Playa de Ákaba, 2014)
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