Dondequiera que pongas tu mirada, dondequiera que fijes tu atención,
dondequiera que un átomo subsista, ENCONTRARÁS A DIOS.
...
En las formas diversas de las nubes, en los rayos dorados que da el sol,
en el brillo que lanzan las estrellas, ENCONTRARÁS A DIOS.
En los dulces balidos que en los prados el rebaño da al silbo del pastor,
en los trinos cambiantes de las aves. ENCONTRARÁS A DIOS.
En la sangre que corre por tus venas, en la misma conciencia del tu YO,
en los propios latidos de tu pecho, ENCONTRARÁS A DIOS.
En la santa figura de la madre cuyo seno la vida te donó, en la franca sonrisa de una hermana,
ENCONTRARÁS A DIOS.
En las lindas pupilas de la mujer que de amores prendió tu corazón
, en la grata visión de un ser querido, ENCONTRARÁS A DIOS.
En las horas de sombra y amargura,
cuando a solas estés con tu dolor,
si le buscas en la sombría noche, ENCONTRARÁS A DIOS.
en el brillo que lanzan las estrellas, ENCONTRARÁS A DIOS.
En los dulces balidos que en los prados el rebaño da al silbo del pastor,
en los trinos cambiantes de las aves. ENCONTRARÁS A DIOS.
En la sangre que corre por tus venas, en la misma conciencia del tu YO,
en los propios latidos de tu pecho, ENCONTRARÁS A DIOS.
En la santa figura de la madre cuyo seno la vida te donó, en la franca sonrisa de una hermana,
ENCONTRARÁS A DIOS.
En las lindas pupilas de la mujer que de amores prendió tu corazón
, en la grata visión de un ser querido, ENCONTRARÁS A DIOS.
En las horas de sombra y amargura,
si le buscas en la sombría noche, ENCONTRARÁS A DIOS.
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