La reina Sofía cede a doña Le
tizia las joyas de las Reinas de España
El relevo en el trono implica también el traspaso de “las joyas de pasar”
. Así lo dejó estipulado en su testamento la reina Victoria Eugenia: de So
berana a Soberana... A partir del 19 de junio, quedarán bajo la custodia
de la nueva Reina
“Este collar un día será tuyo”, le decía la reina Victoria Eugenia a la Con
desa de Barcelona, mientras repasaban juntas un álbum. De lo visto y es
perado a lo recibido todo un mundo, aunque a diferencia de Holanda, In
glaterra, Dinamarca o Suecia, el estado español no dispone de un tesoro
. No existen, por tanto, las llamadas joyas de la Corona –aunque algunas
piezas como la corona y el cetro se guarden en el Palacio Real-, ya que
todas ellas son propiedad privada de la Familia Real española. Estas pie
zas, de enorme valor económico e histórico, tienen como titular al Jefe de
la Casa Real, por decisión de la abuela del rey Juan Carlos, que creía
que si algo distingue en apariencia a una Reina es su corona.
Cumplió lo prometido y, a su muerte, encargó señalar y separar aquellas
joyas calificadas para la dinastía como "las de pasar": "Las alhajas que
recibí en usufructo del rey Don Alfonso XIII y de la misma Infanta Isabel (...) desearía, si es posible, que se adjudicasen a mi hijo don Juan, rogando
a éste que las transmita a mi nieto don Juan Carlos. El resto de mis alha
jas, que se repartan entre mis dos hijas". Doña Sofía recibió estas piezas
de las manos de su suegra, la Condesa de Barcelona, y ahora, después
de haber lucido algunas de estas legendarias joyas por última vez como
Reina de España para su despedida durante la gala en honor al Presiden
te de México, se las cederá a doña Letizia, quien no las ha usado nunca en
su condición de Princesa.
Con información de la obra de Fernando Rayón y José Luis Sampedro:
«Las joyas de las reinas de España. La desconocida historia de las alha
jas reales» (Planeta)
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TIARA DE LIS. Fue creada en 1906 por la firma española Ansorena en platino y brillantes en forma de cestillo con charnelas que permiten lucirla cerrada o abierta. Un re galo de Alfonso XIII a su prometida, la prince sa Victoria Eugenia de Battemberg, quien la luciría el día de su boda, el 31 de mayo de 1906. Fabricada en platino con inconta bles diamantes engastados sobre mil granos, la diadema de excepcional valor presenta flores de lis, em blema heráldico de los Borbones, unidas por roleos y hojas vegetales de dia mantes y ondas decrecientes. Es la pieza más importante de la colección de joyas de la Familia Real y ha sido lucida por la reina Sofía en grandes solem nidades. La pri mera vez que la Reina usó esta diadema fue durante una cena ofrecida por la reina Isabel II en Inglaterra. © Archivo ¡HOLA!
DIADEMA DE CARTIER DE LA REINA ENA. Diseñada por Cartier en 1920 es de inspiración art-decó y está orlada con diamantes y perlas sobre una base de platino. La diade ma lleva siete enormes perlas, que sustituyeron a las esmeral das de Eugenia de Montijo. Seis en cada roleo vegetal abrazada por círculos de diamantes, y la séptima coronando la diadema. La pieza ha sido llevada por dos Reinas de España, la reina Victoria Eugenia y, después de 1975, por la reina Sofía. EL COLLAR DE LAS PERLAS RUSAS. El rey Alfonso XII regaló a su primera esposa, la reina Mercedes, este fabuloso collar de 41 perlas purísimas –después aligerado en cua tro- y broche de diamante. La pieza que originariamente pesaba 2.105 gramos fue realiza da en la Rusia Imperial y ha sido usado desde el siglo XIX hasta nues tros días por la reina María Cristina, la reina Victoria Eugenia, la Condesa de Barcelo na y doña Sofía. La Reina, en la imagen de la derecha con la pieza, ha lucido este collar en las ocasiones más solemnes junto a la llamada falsa perla Peregrina - Peregrina II- , cuyo peso es de 218,75 gramos, y, en otras, con el pendetif de rubíes y diamantes que heredó de su madre, la reina Federica de Grecia. © Archivo ¡HOLA!
DIADEMA DE LA CHATA. Creada en el año 1867 por la joyería Mellerio, de París, por encargo de Isabel II, para la boda de su hija la in fanta María Isabel con el príncipe Cayeta no María de Borbón- Dos Sicilias. Conocida también como la diadema de las conchas por sus motivos marinos, representa el mar a través de las conchas y la espuma de las olas por la suce sión de las perlas pinjantes en forma de pera. La joya -entregada por la infanta doña Isabel, a su sobrino Alfonso XIII, en el exilio- pasó a don Juan de Borbón y a su esposa, doña María, a la muerte de la reina Victoria Eugenia y de los Con des de Barcelona a doña Sofía, en 1962, a quien se la regalarían con motivo de sus esponsales. Doña Letizia ha usado esta joya en una única ocasión durante su década como Princesa de Asturias en la visita de Estado de la Presi denta de Filipinas, Gloria Macapagal-Arroyo, en diciembre de 2007. © Archivo ¡HOLA!
EL COLLAR DE CHATONES. La reina Victoria Eugenia dejó al morir al menos dos collares de chatones: el primero, al que se refiere deno minándolo "el más grande", lo reci bió en usufructo de Alfonso XIII el día de su boda. La pieza pasó a su hijo don Juan y más tarde a su nieto el rey don Juan Carlos. Este collar, realizado por Ansorena se formó a par tir de una gargantilla de 30 chatones tallados en forma redonda, engastados a la rusa y mo ntados en platino. El segundo, de menor tamaño -27 diamantes-, correspondió por heren cia a don Jaime y fue subastado por la viuda de éste en 1982. La pieza , al parecer, fue ad quirida por alguien cercano a la Familia real española. Con lo que doña Sofía, en la imagen de la izquierda con los chatones, dispondría de los dos collares. TIARA DE LA REINA MARÍA CRISTINA. La joya perteneció a la reina María Cristina (la segunda esposa del rey Alfonso XII), archiduquesa de Austria, quien la usó por prime ra vez en 1906. Tras su muerte, hereda la pieza su hijo, el rey Alfonso XIII, quien, a su vez, y con motivo de las nupcias de su hijo, don Juan, con doña María de las Mercedes, futuros Condes de Barcelona, se la regala a su nuera en 1935. La diadema tiene forma de lágrima invertida y está coronada por dos filas de catorce perlas. En los últimos años doña Sofía, en la imagen de la derecha con la pieza, la ha usado en tres oca siones: en su visita de Estado a Noruega y como anfitriona del Rey de Arabia Saudí y la Presidenta de Filipinas. © Gtresonline
A estas piezas históricas, podrían unirse, -aunque ya no por tra dición dinástica- las otras dos diademas que doña Letizia ha señalado como sus favoritas. La prusiana, con la que se casó, y la floral. DIADEMA FLORAL DE MELLERIO. Esta pieza, que ahora tanto le gusta a la Princesa, fue realizada por Mellerio en París (1867) y está com puesta por cinco flores -dos iguales a los lados- y una central, de mayor tamaño, con su tallo y sus hojas. © Gtresonline
DIADEMA PRUSIANA. Ha sido una pieza muy significativa en la vida de doña Sofía. Fue, de hecho, una de las preferidas de su abuela, que recibió como regalo de bodas de su padre, el Kaiser Guillermo II, último emperador ale mán, cuando contrajo nupcias con Ernesto Augusto III, heredero de la casa Hannover, así como también de su madre, la reina Federica, que también la eligió para casarse con el futuro rey Pablo. La tiara, de platino y estilo imperio -las columnas recuerdan al Partenón y el remate de hojas, a las coronas de lau rel de los atletas vencedores-, fue diseñada por el joyero Koch y se caracte riza por el valioso brillante que cuelga en el centro en forma de lá grima. © Archivo ¡HOLA!
DIADEMA PRINCESA. Un siglo después de que el Rey Alfonso XIII encargara la diadema nupcial de la Reina Victoria Eugenia a la Casa Ansorena, esta misma firma de jo yeros decidió crear una tiara de per las y diamantes para doña Letizia. Ansorena, que unió el pasado con el pre sente al realizar, en 1906, la joya estrella de la Monarquía española —la tiara de las flores de lis—, ha vuelto a ensamblar el presente con el futuro con el sencillo, moderno y elegante diseño de la diadema Princesa, que lleva 450 diamantes talla brillante y cinco pares de perfectas perlas australianas, elegidas entre 3.000 gemas. "Este trabajo fue, ante todo, uno de los últimos deseos de nuestro padre, que falleció en febre ro de 2006. Tan sólo algunos meses después de que, por indicación del príncipe, se nos comunicara que la pieza les había parecido preciosa", apuntan los hermanos Ansorena, Jaime, Elena y Cristina, quienes colabora ron en la realización de la joya y continúan, a día de hoy, liderando el oficio que la Casa Real reconoció por partida doble a sus ante pasados: Celestino de Ansorena, fundador de la saga, fue nombrado, en 1869, joyero y diaman tista de la Real Casa; cuarenta y tres años después (1912), Ansorena se convir tió, bajo el reinado de Alfonso XIII, en proveedora de la RealLos emotivos 'gestos' que se han vivido en el Salón de las Columnas
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